Salimos del Refectorio y entramos en el Patio de los Evangelistas o de la Hospedería.
Posiblemente una de las estancias más "coquetas" y bonitas del monasterio. El que sea tan pequeña hace que nos sintamos más en recogimiento que en el anterior claustro (el de los Muertos), posiblemente el que sea de pequeñas dimensiones y de techo bajo es lo que nos puede llegar a transmitir esa sensación.
La decoración geométrica es exquisita |
Escaleras que nos llevan a esta estancia |
Cuánta paz |
Situado a los pies de la iglesia primitiva, conectaba distintos ámbitos del monasterio. Lo más notable es su decoración mural al fresco, conformada por un arrimadero en el que se alternan paños con motivos mudéjares con emblemas heráldicos.
Preciosidad |
Este patio poseía un marcado carácter de representación. Con su decoración pictórica se inició la transformación formal del monasterio, en ella se muestra el vínculo entre el patronazgo de Enrique de Guzmán (del que hablaremos más adelante) y la Orden Jerónima.
Una santa |
Santa Catalina, con su espada y su corona |
La llegada de los Jerónimos ermitaños a San Isidoro del Campo, sustituyendo a la antigua comunidad cisterciense, reafirma la estrecha relación entre las órdenes religiosas que deseaban recuperar el espíritu de los antiguos eremitas (cartujos y jerónimos) y las fundaciones de la monarquía y la alta nobleza en los inicios del siglo XV.
En 1429 Enrique de Guzmán, segundo conde de Niebla, pidió al Papa Martín V facultad para desposeer a la comunidad cisterciense del monasterio, poniendo como excusa algunas irregularidades en su gobierno. La presencia en Sevilla de Lope de Olmedo, reformador de los jerónimos y administrador apostólico de la archidiócesis por nombramiento papal fue determinante en el cambio de Orden. Así, los jerónimos ermitaños de Lope de Olmedo tomaron posesión del monasterio a partir de 1431. Los objetivos de esta comunidad eran recuperar el rigor eremítico de la Orden de San Jerónimo y profundizar en el estudio de las Sagradas Escrituras. La identificación de esta obediencia con el monasterio fue tal que a partir de su entrada en San Isidoro del Campo serían conocidos popularmente como los isidros.
Los emblemas heráldicos de Medina-Sidonia y el personal de Enrique de Guzmán, flanquean la escena de San Jerónimo |
En las esquinas: roleos de acanto. Los calamares desconciertan un poco. |
El escudo justamente arriba de este texto lo conforman dos calamares y es el emblema heráldico personal del segundo conde de Niebla, Enrique de Guzmán.
Se puede observar entre los dos santos una composición mudéjar de lazo |
A la izquierda del escudo "de los calamares podemos observar...
...a San Jerónimo dictando a los monjes.
Prueba del esplendor que adquiere el monasterio desde entonces fue la ampliación de sus dimensiones, diferenciándose en torno al núcleo fundacional diversos ámbitos, como el Claustro Grande con las celdas individuales, la procuraduría, la botica, etc.
Escena de El Árbol de la Vida: una alegoría al triunfo de la muerte |
Y con esto terminamos nuestra visita a este parte del monasterio.
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