domingo, 24 de marzo de 2019

Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala 1. Llanto sobre Cristo muerto


Esta obra se le atribuye a Pedro Millán y se fecha en la segunda mitad del siglo XV (1490). En un principio estaba en la Capilla de San Laureano de la Catedral de Sevilla, pero el estado lo compró en 1970. Está realizada en barro cocido (terracota) y policromado.

En las siguientes fotografías se aprecia el hueco que tiene esta obra en su interior.






En el frontal inferior tenemos varios símbolos iconográficos de la pasión:



Los tres clavos, con los que fue clavado Jesús.

La corona de espinas

Plantas de cardo, flores y frutos con filacteria

Vamos a hablar un poco sobre el cardo borriquero. Esta planta posee una tupida cubierta de espinas y hojas con pinchos. Además en la época de floración luce una bonita flor de color púrpura, un color asociado desde antiguo con la realeza y la nobleza en Europa.

Entre las dos plantas de cardo borriquero hay una filacteria con el nombre de Pedro Millán.

Tal vez no se vea muy bien, pero pone P MILLA IMA, es decir, Pedro Millán imaginero.

Vamos ahora con las figuras.


La figura central, aunque parezca lo contrario, no es Jesús (número 8), sino la Virgen María (4) que está sufriendo un vahído por lo doloroso de la situación.

La acompañan las santas mujeres (2, 3 y 6)  una de ellas con un bote de mirra y/o áloe, que se usabe para ungir el cadáver: María Salomé, María de Cleofás y María, madre de Santiago y José. También se las conoce como como "las tres Marías", claro.




También está San Juan (número 5).
Obsérvese el ligero bigotillo que asoma encima del labio superior.

Y cerrando la composición (casi como unos paréntesis) están José de Arimatea (1), al que una de las mujeres le está enseñando el bote de mirra y/o áloe y Nicodemo (7).


Con las herramientas del descendimiento.


Por último tenemos a la razón por la que a la María le ha dado un vahído: su hijo muerto.







domingo, 17 de marzo de 2019

Portada del Compás del Monasterio de Santa Paula

El tímpano con azulejos, una de las maravillas que guarda el Monasterio de Santa Paula

La portada presenta una tradicional manera de construir mudéjar mediante el desarrollo de un tímpano ojival abocinado, aquí transfigurado con la aplicación ornamental de repertorios del renacimiento italiano traídos por el maestro Niculoso Pisano.

La ornamentación es novedosa para la época por la aplicación de azulejos planos pintados en los que se insertan elementos figurativos vidriados, en relieve o exentos, realizados con la colaboración del escultor Pedro Millán.

En el tímpano aparece un escudo de los Reyes Católicos realizado en mármol , bajo cuyo mandato se edificó esta portada.

Hasta hace bien poco la portada estaba "comida" de humedad, como podemos ver en la fotografía de abajo de este mismo texto.

Fotografía tomada en la década de 1890


Imagen de Wikipedia. La humedad llegaba hasta más de un metro de altura

Sin embargo fue restaurada en el 2017 por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, gracias a la donación de la Fundación Annenberg, a través de World Monuments Fund con ayuda adicional de Friends of Heritage Preservation.


Han conseguido bloquear las humedades (mediante unos canales que airean el suelo debajo de la portada) y han restaurado, en lo posible, esta magnífica portada.



Vamos a analizar su iconografía:




1. Cruz. Una cruz sobre una calavera. Un memento mori sin duda.




2. Flamero. Que no es más que la denominación al tipo de pináculo decorativo realizado generalmente en piedra, que tiene forma de antorcha, vaso o copa, y de cuya parte superior surge una llama o fuego. Esta modalidad de pináculo decorativo viene a sustituir a las estilizadas agujas góticas, y representa una aportación de la estética ornamental del renacimiento. En este caso es una especie de copa terminada en fuego.



3. Putti(s). Sí, ya sé que el nombre es horrible, pero hacen referencia a niños (a veces angelitos) en la parte de arriba, junto con la cruz y los flameros.





4. Cartela JHS. Aunque no lo parezca, aquí están escritas las palabras JHS. Estas letras son un cristograma, es decir un monograma del nombre de Jesucristo. Son las iniciales en griego de Jesús: Ιησούς. Si se toman solo las tres primeras es Ιησ, que en mayúscula termina siendo: ΙΗΣ. En latín la letra Σ (sigma) fue sustituida por la S. Y como en latín el letra J no existía, se puede encontrar este cristograma tanto como JHS como IHS.




5. Ángeles oradores. Pues eso. No hay mucho más que explicar. Son de las piezas más bonitas de la portada.



6. Ángeles tenantes. Tenante no es más que una escultura, situada en el exterior de los edificios, que acompaña o sujeta un emblema o un símbolo. En este caso el JHS.

Son exquisitos, sí señor

A pesar del deterioro, los colores aún son espectaculares


Y en el tímpano, el escudo de los Reyes Católicos

Ahora está tanlimpio que los relieves apenas se ven.

Para ver la diferencia, pongo una foto de antes de su limpieza:



Pasemos ahora a los tondi.



Tondo número 1. Santa Elena. Pueden verse la iconografía propia de Santa Elena: portando la Veracruz y con corona de emperatriz romana, además de sus ricos ropajes.



Tondo número 2. San Antonio de Padua y San Buenaventura. A San Antonio de Padua se le puede identificar por la biblia que lleva en la mano y el hábito franciscano, mientras que a San Buenaventura se ve que en una mano tiene el símbolo de cardenal y también lleva el hábito franciscano.


Tondo número 3. San Pedro y San Pablo. En este tondo las figuras son fáciles de identificar: En la parte izquierda tenemos a San Pedro con una llave enoooorme (simbolizando que es el guardián de las puertas del cielo) y San Pablo con una espada, aún más enorme que la llave que llevaba San Pedro. Esta espada representa que antes de su conversión se llamaba Saulo y era el azote de los cristianos de la época. De hecho, según la tradición estuvo presente en la primera lapidación de un mártir cristiano (San Esteban, diácono): era quién le sujetaba las túnicas a los lanzadores de las piedras.



Tondo número 4. La Na(ti)vidad. No hay mucho que decir aquí. San José, la Virgen María, el niño Jesús, el Espíritu Santo, la mula y el buey. No le falta un perejil a la escena.



Tondo número 5. San Sebastián y San Roque. ¿Qué decir de la imagén de San Sebastián atado a una columna siendo asaetado? Mejor no digo nada, que después se me mal interpreta. Y como contraste de desnudo / muy vestido tenemos justo a su lado a San Roque con ropas de peregrino, un bordón y enseñando musl... digooo un bubón o llaga de la peste en la pierna. Ambos santos son considerados protectores contra la peste y otras plagas.

Falta el perro de San Roque (que no tiene rabo, etc.)

Tondo número 6. San Cosme y San Damián. Aquí tenemos a dos santitos que casi siempre suelen ir juntos. La explicación es porque San Cosme y San Damián eran gemelos y juntos ejercían la medicina o lo que se creía que era la medicina en aquellos tiempos. Los atributos que los identifican son, por un lado, la caja de ungüentos y por otro la escena de su más famoso milagro: la pierna trasplantada.



Tondo número 7. Santa Rosa de Viterbo. Vaya apellido. Santa Rosa de Viterbo tiene como representación que está sobre la hoguera. No hay mucho más que decir de esta franciscana.


Y con esto terminamos la portada de este monasterio. En entradas posteriores (a saber cuándo) hablaremos del interior de monasterio y las cosas que las monjitas tienen en el mismo.