lunes, 28 de enero de 2019

Monasterio de San Isidoro del Campo IV

Para ver las anteriores entradas:


Salimos del Refectorio y entramos en el Patio de los Evangelistas o de la Hospedería.


Posiblemente una de las estancias más "coquetas" y bonitas del monasterio. El que sea tan pequeña hace que nos sintamos más en recogimiento que en el anterior claustro (el de los Muertos), posiblemente el que sea de pequeñas dimensiones y de techo bajo es lo que nos puede llegar a transmitir esa sensación.

La decoración geométrica es exquisita

Escaleras que nos llevan a esta estancia
Cuánta paz







Situado a los pies de la iglesia primitiva, conectaba distintos ámbitos del monasterio. Lo más notable es su decoración mural al fresco, conformada por un arrimadero en el que se alternan paños con motivos mudéjares con emblemas heráldicos.

Preciosidad


Este patio poseía un marcado carácter de representación. Con su decoración pictórica se inició la transformación formal del monasterio, en ella se muestra el vínculo entre el patronazgo de Enrique de Guzmán (del que hablaremos más adelante) y la Orden Jerónima.

Una santa

Santa Catalina, con su espada y su corona


La llegada de los Jerónimos ermitaños a San Isidoro del Campo, sustituyendo a la antigua comunidad cisterciense, reafirma la estrecha relación entre las órdenes religiosas que deseaban recuperar el espíritu de los antiguos eremitas (cartujos y jerónimos) y las fundaciones de la monarquía y la alta nobleza en los inicios del siglo XV.




En 1429 Enrique de Guzmán, segundo conde de Niebla, pidió al Papa Martín V facultad para desposeer a la comunidad cisterciense del monasterio, poniendo como excusa algunas irregularidades en su gobierno. La presencia en Sevilla de Lope de Olmedo, reformador de los jerónimos y administrador apostólico de la archidiócesis por nombramiento papal fue determinante en el cambio de Orden. Así, los jerónimos ermitaños de Lope de Olmedo tomaron posesión del monasterio a partir de 1431. Los objetivos de esta comunidad eran recuperar el rigor eremítico de la Orden de San Jerónimo y profundizar en el estudio de las Sagradas Escrituras. La identificación de esta obediencia con el monasterio fue tal que a partir de su entrada en San Isidoro del Campo serían conocidos popularmente como los isidros.

Los emblemas heráldicos de Medina-Sidonia y el personal de Enrique de Guzmán, flanquean la escena de San Jerónimo
En las esquinas: roleos de acanto. Los calamares desconciertan un poco.
El escudo justamente arriba de este texto lo conforman dos calamares y es el emblema heráldico personal del segundo conde de Niebla, Enrique de Guzmán.
Se puede observar entre los dos santos una composición mudéjar de lazo
A la izquierda del escudo "de los calamares podemos observar...


...a San Jerónimo dictando a los monjes.


Prueba del esplendor que adquiere el monasterio desde entonces fue la ampliación de sus dimensiones, diferenciándose en torno al núcleo fundacional diversos ámbitos, como el Claustro Grande con las celdas individuales, la procuraduría, la botica, etc.


Escena de El Árbol de la Vida: una alegoría al triunfo de la muerte


Y con esto terminamos nuestra visita a este parte del monasterio.



domingo, 27 de enero de 2019

Museo de Bellas de Sevilla. Sala 1. Retablo de la Pasión de Cristo

¡Viva la pintura mediaval!

Este retablo está fechado sobre el año 1480 y se cree que es del círculo de Juan Sánchez de San Román, pero al no estar seguro de su autoría, pasa a ser anónimo (ese gran creador de obras por todo el orbe). Pertenecía a la colección de los duques de Montpensier y fue donado al museo por Rafael González Abreu y López-Silvero, vizconde de los Remedios en 1928.

Bien, vamos a numerar los diferentes encasamentos de este retablo:


Encasamiento número 1


Aquí se puede entender que es Jesús en el Monte de los olivos (aunque no se ha representado a ninguno) y ocurría lo siguiente:

Jesús rezaba: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba.

Mientras, Pedro y los dos hijos de Zebedeo se habían quedado fritos "por la tristeza". 

Al fondo los mini romanos acechando al otro lado de la cerca

Al fondo puede verse a Judas señalando a Jesús para entregarlo.

Encasamiento número 2

La perspectiva no la dominan, pero la narración, sí

En esta imagen se puede ver a Jesús atado a un pilar y siendo golpeado en la cabeza. Tal vez más interesante sea la imagen superior izquierda.

Vaya nivel de detalle...

Puede verse a un "santo", a una criada y a un gallo, de donde deducimos que son las tres negaciones de San Pedro "antes de que el gallo cante".

Encasamiento número 3

Lo más curioso siempre está al fondo

Estamos ante el encasamiento central. En él puede verse a Jesús con una cruz con poca o nada de perspectiva, mientras es ayudado por Simón de Cirene (llamado el Cireneo), mientras en el Monte del Calvario o Gólgota están preparando el agujero para plantar la cruz. María la madre de Jesús, María Magdalena, santas mujeres variadas y algunos otros de sus discípulos "menores" le siguen.


Las proporciones corporales tampoco son lo suyo

Escena curiosísima

Encasamiento número 4

Mirad el paisaje del fondo

No hay mucho que contar en esta imagen: Jesús crucificado, mientras que María (su madre) se desmaya en brazos de San Juan.

Encasamiento número 5


Y llegamos a la última imagen. Jesús es recogido por María, su madre y pueden verse las heridas producidas por la pasión: Agujeros en las manos, los pies y el costado.

Pero hay una nota discordante en este retablo:


Aparece en este último encasamiento una representación de San Francisco de Asís, cuando el mismo Jesucristo se le presentó rodeado de 6 alas angélicas y le "proporcionó" los estigmas que llevaría San Francisco toda su vida a partir de ese momento.

¿Es este retablo una obra encargada por los franciscanos? Desgraciadamente no tenemos mucha información del lugar original de la obra, así que solo podemos especular, pero es un indicio muy potente.

Antonio El Bailarín




Uno de los más grandes bailaores sevillanos y posiblemente el más internacional, con una carrera extensísima. Antonio Ruiz Soler, que interpretó danzas tanto en España, como en Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Cuba, México, Estados Unidos (además de en Hollywood llegó a bailar en el Carnegie Hall en los años 30), Italia, Suiza, Dinamarca, Suecia, Inglaterra, Bélgica, Escocia, Holanda, Israel, Marruecos, Francia... Y todo esto antes del año 1950.

Sirva este Martinete como pequeño homenaje a uno de los más grandes.

sábado, 19 de enero de 2019

Farmacia céntrica

En la cale Tetuán número 4 nos encontramos con unos azulejos que al parecer eran comunes en algunas farmacias de Sevilla en los 60 y 70 (no sé si en otras poblaciones).



En los azulejos, además del símbolo alquímico aparece el nombre del mismo. Unos azulejos preciosos, PERO a alguien se le ha ocurrido que poner un anuncio PEGADO en los azulejos era más estético que el original. Entiendo también que les pagarán por ese anuncio porque si no es así no lo entiendo.
Todo por la pasta

El paño lateral de azulejos (aún) no tiene nada, por lo que se puede contemplar a la vista.



En mis fotos antiguas he encontrado el paño frontal sin ningún tipo de publicidad. Lo pongo para que se vea cómo de bonito era aquello antes de la "pegatina".


En fin. Después se nos llena la boca de hablar de conservación.


ACTUALIZACIÓN

Hoy he pasado por esta farmacia y ¡Oh sorpresa! ¡Han quitado el anuncio! Ahora se ven los azulejos en toda la fachada. No sé se habrá sido por este blog (no lo creo) pero ¡bienvenido sea este cambio!







SEGUNDA ACTUALIZACIÓN

Nuestro gozo en un pozo. Al parecer solo estaban cambiando la publicidad por otra. Otra vez vuelve a no verse esos maravillosos azulejos.