jueves, 27 de diciembre de 2018

Revista Grecia

En la calle Amparo, número 20 se encuentra el siguiente azulejo:




El Ultraísmo fue un movimiento literario iniciado en España en 1918, siguiendo el modelo creacionista de Vicente Huidobro y enfrentado al modernismo y los neonovencentistas.

Fue en este lugar donde se inició la publicación de la revista Grecia, aunque posteriormente continuó desde Madrid. En ese edificio sigue habiendo un local de encuadernación e imprenta artesana, continuando con la tradición tipográfica.

Busto de Francisco Rodríguez Marín (Osuna)

En Osuna, se encuentra este busto a Francisco Rodríguez Marín. un erudito local que fue poeta, folclorista, lexicólogo, cervantista y paremiólogo (que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia).


Justo detrás de este señor puede verse la ermita de San Arcadio

También era ilustre cervantista este señor


OSUNA A SU HIJO PREDILECTO FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN  IV-X-MCMXLIII



martes, 25 de diciembre de 2018

Ricardo Torres "Bombita" (Tomares)

En Tomares, en la calle Cristo de la Veracruz, número 4 se encuentra este placa.




En la placa pone:

El día 20 de febrero de 1879 nació en esta casa Ricardo Torres "Bombita". Fervoroso homenaje de los toreros a la regeneración y exaltada caridad del fundador de su asociación benéfica (montepío) que tanto dolor mitiga.

Ricardo Torres Reina, "Bombita" fue un torero sevillano de principios del siglo XX, hermano de otros dos toreros llamados "Bombita chico" y "Bombita III".

Bombita fue quién creó el montepío de toreros, el cual organizaba corridas caritativas para ayudar a viudas, huérfanos y diestros a lo largo de los años mediante el tradicional “Festival Taurino del Montepío”, cuya última fecha de celebración data de 1992.

Para los que sean fan de la arquitectura, decir que la casa se ve claramente que está hecha de tapial (o tapia en latinoamérica): un tipo de pared que se hace con tierra amasada, mediante una antigua técnica que consiste en construir muros con tierra arcillosa húmeda, compactada a golpes mediante un pisón.

sábado, 22 de diciembre de 2018

Ruta de ópera 2

Continuamos con la ruta temática sobre la ópera en la ciudad de Sevilla. 


Esta segunda ruta es bastante parecida a la primera, aunque esta vez es un poco más larga, aunque comparte algunas paradas.

Distancia: 2,2 kilómetros.

Tiempo: 2 horas y 20 minutos.

Pasos: 4.400


  1. Antigua Fábrica de Tabacos. Carmen de Bizet. Ocupado hoy día por la Universidad de Sevilla. En este emblemático edificio trabajaba Carmen como cigarrera.
  2. Cárcel de la Fábrica de Tabacos. Carmen de Bizet. La protagonista de Bizet es conducida en la cuarta escena por Don José a la antigua cárcel ubicada en el entorno de la fábrica. Recordemos que la antigua Fábrica de Tabacos tenía su propia jurisdicción y su propia cárcel. Actualmente es el departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Sevilla.
  3. Real Alcázar. María de Padilla, de DonizettiDonizetti desarrolló parte de esta ópera en este mágico lugar.
  4. Patio de Banderas (Real Alcázar). La favorita, de DonizettiLos protagonistas de esta obra pudieron tener una relación directa con el Patio de Banderas de los Alcázares sevillanos.
    Plaza de la Contratación



  5. Calle de la Judería. Carmen de Bizet. En esta y en otras calles del barrio de Santa Cruz, los gitanos como Carmen conseguían burlar a las fuerzas de seguridad y salir airosos en sus escapadas.
  6. Callejón del Agua. Carmen de Bizet. En la ópera de Bizet, Carmen acude a tomar una manzanilla a la taberna de Lillas Pastia, que podríamos situar en esta calle.
  7. El palacio de los Mañara. Don Juan de Mañara, de Tomasi y de Franco Alfano. En esta localización, se sitúan las escenas de las obras del mismo nombre de estos autores, Don Juan de Mañara.
  8. El balcón de Rosina. El barbero de Sevilla, de Rossini. En la calle Argote de Molina, esquina con la calle Segovia, podemos imaginarnos el balcón de Rosina.

Rutas de ópera:

Azulejo in memoriam en José Laguillo

En la calle José Laguillo, cruce con María Auxiliadora (en la pared del ambulatorio) se encuentra este azulejo.




Un giro indebido realizado por un conductor de un Toyota Corolla provocó que este policía local fuera arrollado por el mismo, muriendo poco tiempo después en el hospital.

Anima eius requiescat in pace in aeternum.

viernes, 21 de diciembre de 2018

Monasterio de San Isidoro del Campo III


Para leer las entradas anteriores, puedes pinchar aquí:


Dejamos un momento el Claustro de los Muertos y pasamos al Refectorio (nº 7):



La comida en el monasterio era muy frugal: a base de legumbres, pan y muy de vez en cuando pescado. Los cistercienses tenían prohibida la carne y no comenzaban a comer (aunque la comida estuviera ya servida) hasta que el prior no descubría el pan. Además se comía en silencio y lo único que rompía el mismo era la voz del hermano que leía pasajes de la Biblia o de vidas de santos.

Bóvedas de crucería

Este amplio espacio de cuatro tramos y bóvedas cuatripartitas apoyadas sobre ménsulas era el comedor de la comunidad. A finales del s. XV recibe el programa decorativo e iconográfico en el que destaca la monumental representación de "La última cena". En este ámbito se han musealizado bienes muebles que se encontraban descontextualizados, como la Virgen con el niño, atribuida a Lorenzo Mercadante de Bretaña, un Niño Jesús de Francisco de Ocampo y Felguera, un crucificado de marfil, un ara portátil de finales del XV, el Relicario de San Eutiquio del siglo XVII, una serie de cuadros de mediados del XVII que narran la Vida de San Isidoro y otras piezas de orfebrería y relicarios que formaban parte del ajuar litúrgico del monasterio.

Detalle del suelo de barro
Bóvedas y Última cena al fondo



La última cena era un motivo muy repetido en los refrectorios monacales





Escudo ducal de los Medina-Sidonia

Virgen de Lorenzo Mercadante de Bretaña (el de las puertas de la Catedral de Sevilla)

Virgen con el niño, de Mercadante de Bretaña, siglo XV, realizado en barro cocido y policromado (aún queda algo).



En el refectorio hay una serie de lienzos que representan parejas de apóstoles y evangelistas: San Pedro y San Pablo, San Felipe y Santiago el Menor y San Matías y San Bernabé.

También se pueden ver los lienzos de la vida de San Isidoro como el milagro de las abejas, en el pozo, con sus maestros, siendo investido obispo, etc.

El refectorio está presidido por la Sagrada Cena (siglo XV), una de las obras de más bonitas del conjunto de pinturas que se encuentran aquí y una de las mejores del país. Tiene una marcada influencia italiana y del gótico internacional, por lo que se le ha llegado a atribuir a algún pintor de procedencia florentina.


Gótico, con toquecitos bizantinos en el fondo dorado y la postura de los apóstoles. También con influencias italianas.

La obra tiene como curiosidad que no se representa a Judas con la bolsa de monedas, pero sí se sabe claramente quién es, ya que se encuentra en el lado opuesto que el resto de comensales y sin halo de santo.


La imagen superior corresponde al Relicario de San Eutiquio (izquierda) de alrededor del 1600 y un ara portátil de jaspe negro de finales del siglo XV y principios de XVI. No se sabe quienes fueron los artistas.

Salida (y entrada) del refectorio

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Azulejo en Calle Laraña

En la esquina de la iglesia de la Anunciación de la calle Laraña, se encuentra el siguiente azulejo:





Las novelas ejemplares son una serie de novelas cortas que Don Miguel de Cervantes realizó entre 1590 y 1612.

A la novela ejemplar que hace referencia este azulejo es la llamada Coloquio de Cipión y Berganza (también llamada El coloquio de los perros), que narra la conversación entre estos dos perros, que guardan el Hospital de la Resurrección de Valladolid. Al comprobar que han adquirido la facultad de hablar durante las noches, Berganza decide contar a Cipión sus experiencias con distintos amos, recorriendo lugares como Sevilla, Montilla (Córdoba) y Granada, hasta llegar a Valladolid.

El texto a que hace referencia es el siguiente:

"BERGANZA... Este mercader, pues, tenía dos hijos, el uno de doce y el otro de hasta catorce años, los cuales estudiaban gramática en el estudio de la Compañía de Jesús; iban con autoridad, con ayo y con pajes, que les llevaban los libros y aquel que llaman vademécum. El verlos ir con tanto aparato, en sillas si hacía sol, en coche si llovía, me hizo considerar y reparar en la mucha llaneza con que su padre iba a la Lonja a negociar sus negocios, porque no llevaba otro criado que un negro, y algunas veces se desmandaba a ir en un machuelo aun no bien aderezado.

CIPIÓN.—Has de saber, Berganza, que es costumbre y condición de los mercaderes de Sevilla, y aun de las otras ciudades, mostrar su autoridad y riqueza, no en sus personas, sino en las de sus hijos; porque los mercaderes son mayores en su sombra que en sí mismos. Y, como ellos por maravilla atienden a otra cosa que a sus tratos y contratos, trátanse modestamente; y, como la ambición y la riqueza muere por manifestarse, revienta por sus hijos, y así los tratan y autorizan como si fuesen hijos de algún príncipe; y algunos hay que les procuran títulos, y ponerles en el pecho la marca que tanto distingue la gente principal de la plebeya."

Para leer el texto completo de esta novela ejemplar de Miguel de Cervantes, se puede hacer desde el siguiente enlace: El coloquio de los perros.

martes, 18 de diciembre de 2018

Museo de bellas artes de Sevilla. Sala 1. Virgen con niño, de Niculoso Pisano

Nos encontramos frente a un azulejo de 186 x 186 x 22 de Francisco Niculoso Pisano. Una de las pocas obras que podemos encontrar en Sevilla, junto al retablo-altar de la parte alta del Real Alcázar de Sevilla y la portada de la iglesia de Santa Paula.

Es plana y la técnica del azulejo polícromo y el repertorio decorativo renacentista de realización de este tipo de azulejos es la llamada mayólica, una manera de trabajar este material que daba unas posibilidades muy superiores a técnicas anteriores, y que fue Niculoso Pisano quién lo introdujo en Sevilla.

Azulejo plano policromado y enmarcado en el que se representa a la Virgen con el Niño en brazos. El trazo seguro y justo del dibujo define las áreas de una policromía de gran efecto cromático construida a base de azules y amarillos.


Preciosidad

Aún siendo una obra tan "pequeñita" en ella podemos apreciar una gran calidad en el colorido y en el dibujo.

Según los expertos, es una obra tardía de Niculoso Pisano y que se nota que es una obra cuidada y evolucionada. A la obra se le ha dado el tratamiento similar a otras obras del museo, como si fuera un lienzo o una tabla. Y la verdad es que la obra lo merece.

No se sabe si el azulejo fue creado para ser único o estaba encastrado en un enmarque más grande. Si es esto último no nos ha llegado el supuesto marco.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Museo de bellas artes de Sevilla. Sala 1. 4 tablas, 8 santos.

La anterior entrada es sobre la Sala 1.

Para comenzar en la sala 1, vamos a centrarnos en las cuatro tablas, con ocho santos que se ven en la imagen inferior, obra datada sobre el 1480.


Estas imágenes pertenecen al círculo de Juan Sánchez de Castro. Vamos con un poco de historia: en el siglo XV (que es de la época en que están fechadas estas tablas) aparecen en la pintura sevillana los primeros testimonios de artistas conocidos así como de obras firmadas. De este siglo son las primeras manifestaciones pictóricas que conserva el museo.

La figura más destacada es Juan Sánchez de Castro, activo en la ciudad durante la segunda mitad del siglo. De este pintor el museo no conserva obras, pero sí de los artistas que trabajaron bajo la influencia de su estilo.

Entre las obras realizadas en este ámbito artístico hay que destacar el conjunto de cuatro tablas, procedentes del antiguo retablo mayor de la iglesia hispalense de San Benito de Calatrava, en las que se representan ocho santos emparejados. A mediados del siglo XVII las tablas fueron sustituidas por otras encargadas a Valdés Leal y las originales se guardaron hasta ser depositadas en el museo por las Ordenes Militares en 1908.

De hecho, en el anverso (que no puede leerse) aparece una cartela que dice: La Autorización de su Majestad el Rey D. Alfonso XIII, Gran Maestre de las Órdenes Militares, acordaron los caballeros de las mismas residentes en Sevilla que estas cuatro tablas de su pertenencia fueran depositadas en este museo conservando siempre su propiedad lo que verificó en 17 de febrero de 1908.

Volviendo a las tablas, en este círculo artístico de maestros influenciados por Juan Sánchez de Castro se sitúa también la obra de autor anónimo "Retablo de la pasión de Cristo" procedente de la colección Montpensier. Al margen de esta influencia hay que señalar la tabla de "San Miguel Arcángel" cuyo estilo se relaciona con Juan Hispalense, pintor sevillano que trabajó la mayor parte de su vida en tierras castellanas.

Vamos con la obra.

Las figuras muestran unas actitudes ensimismadas, amables, templadas... Los ropajes con los que se han "vestido" a las mismas aparecen plagados de detalles. Todos los suelos, incluso el del río de San Cristóbal, están en perspectiva (tal vez no del todo conseguida), con diseños de tracerías de alicatados y todos están revestidos con pan de oro.


El primer tablero de retablo de doble casa compartimentado por pilarete y arquillos conupilaes con grumos. En cada casa San Jerónimo y San Antonio de Padua ambos en pie sobre fondo dorado, con sus respectivos nombres en la aureola.

Empecemos con San Jerónimo.


Aquí se pueden ver los atributos de San Jerónimo: el libro, que hace referencia a su labor como erudito y traductor de la Biblia, y el león. Según un pasaje de La Leyenda Dorada, cuando Jerónimo estaba de retiro en Belén curó a un león que tenía una pata herida por una espina. A partir de ese momento, el león nunca se separó del santo, le ayudó y le protegió de cualquier amenaza. Otros atributos del santo pero que no aparecen en esta ocasión son el sombrero cardenalicio (porque llegó a ser cardenal) la piedra con la que se golpeaba y la calavera, que aluden a su penitencia en el desierto.


Los atributos de San Antonio de Padua: joven (imberbe), un cordón con tres nudos (que simbolizan la consagración a Dios como religioso franciscano, por los votos de obediencia, pobreza y castidad, el libro (es doctor de la iglesia) y el Niño Jesús (que se cuenta que lo visitó cuando meditaba). El libro parece que está envuelto en un paño verde y no sabemos si son las sagradas escrituras o el libro que escribió él mismo llamado "Sermones".


La segunda tabla representa a San Andrés (apóstol) y San Juan Bautista.


Aquí su atributo: la cruz de San Andrés que es un aspa, en recuerdo del martirio del santo (los romanos eran muy imaginativos para esto de la crucifixión)



La iconografía de San Juan Bautista es clara: con ropa de penitente (con ropa de cordero o camello), señalando al cordero que lleva una bandera de una cruz entre las patas sobre la biblia, que representa a Jesús.


La tercera tabla de retablo es, también, de doble casa en el que se representa a San Antonio Abad y a San Cristóbal (de Licia), separados por la estructura arquitectónica superpuesta, formada por un pilarete del que arrancan dos arcos conopiales lobulados, con decoración de cardinas que destacan sobre el fondo negro con decoración de oro de brocados. Los santos de pie y de cuerpo entero aparecen en tres cuartos, ligeramente girados hacia la izquierda.

En la casa derecha aparece San Cristóbal representado como un hombre joven y fuerte, en el momento de cruzar el río, llevando al Niño Jesús sobre su hombro izquierdo y dos peregrinos en el cinturón. El Niño Jesús sentado y desnudo, lleva atado al cuello un pequeño manto al aire, detalle que da sensación de movimiento a la composición. En su mano izquierda porta el globo terráqueo mientras que eleva la derecha en actitud de bendecir. Las ricas vestiduras del santo imitan los brocados típicos de la época. En el brazo derecho lleva un báculo para apoyarse y en el izquierdo una especie de rueda pétrea, que según Post puede estar relacionado con su martirio. Sobre el nimbo se lee su nombre.




En la casa izquierda se representa a San Antonio Abad, una jabalina de cuando fue a Cataluña a exorcizar a una mujer y se la encontró con un lechón en la boca ciego y sin patas. San Antón lo bendijo y, milagrosamente, el lechón volvió a ver y le crecieron las extremidades. La jabalina en agradecimiento no volvió a separarse del santo.

En la segunda imagen podemos ver el bastón en forma de tau, ya que la orden de San Antonio se dedicaban en exclusiva a cuidar los enfermos de ergotismo. Estos frailes llevaban hábito oscuro con una gran T azul en el pecho. Además vemos una campanilla (por lo de cuidar a los enfermos), el libro de la regla de los antonianos y el símbolo también del tau pintado en su túnica.

San Antonio aparece como un hombre de avanzada edad, con frondosa barba, ataviado con un gran manto oscuro, que le cubre todo el cuerpo y portando en las manos un libro abierto y un bastón. Sobre el nimbo dorado se lee "San Antón, ermitaño".





En la casa derecha aparece San Cristóbal representado como un hombre joven y fuerte, en el momento de cruzar el río, llevando al Niño Jesús sobre su hombro izquierdo y dos peregrinos en el cinturón. El Niño Jesús sentado y desnudo, lleva atado al cuello un pequeño manto al aire, detalle que da sensación de movimiento a la composición. En su mano izquierda porta el globo terráqueo mientras que eleva la derecha en actitud de bendecir. Las ricas vestiduras del santo imitan los brocados típicos de la época. En el brazo derecho lleva un báculo para apoyarse y en el izquierdo una especie de rueda pétrea, que según Post puede estar relacionado con su martirio. Sobre el nimbo se lee su nombre.

Aquí se pueden observar varios atributos de San Cristóbal (Ἅγιος Χριστόφορος, Ágios Christóforos, es decir, el portador de Cristo). Según la tradición, este santo medía más de 5 metros. En la primera imagen pueden verse las piernas de este santo que están en el agua, ya que este santo-gigante ayudaba a pasar un río a la gente porque no había puente para salvar dicho río. En la siguiente imagen puede observarse lo grande que era, que usaba una vara-árbol como báculo. En el cinto lleva atados a un par de personas que está ayudando a pasar el río, y sobre su hombro (imagen 4) se encuentra al niño Jesús. En mitad del trayecto el peso del niño aumentó enormemente. Tras conseguir llegar a la orilla opuesta con esfuerzo supremo, San Cristóbal confesó lo difícil que le habías ido superar la situación y que en sus hombros había sentido un peso superior al de todo el mundo. El niño le dijo que sobre sus hombros acarreaba al mundo entero y a su creador, y como prueba de ello al día siguiente su vara reverdecería y daría fruto.

En su papel de portador de Cristo, era frecuente representar este santo junto a la puerta de las iglesias (por ejemplo, el fresco monumental que hay en la catedral de Sevilla). En 1970 se retiró a San Cristóbal del Calendario romano, posiblemente por las dudas de las existencia "real" de dicho santo.

Curiosidad:


El niño Jesús lleva un plano de la tierra con Asia y Europa en la parte de arriba y África en la parte de abajo. Los mapas medievales divididos así son conocidos como de "T en O" y representan el mundo habitado tal y como lo describió Isidoro de Sevilla en el siglo VII en sus Etimologías. Esta división es la tradicional cristiana de la Tierra en tres continentes corresponde a la división que se hace en la biblia de la misma entre los tres hijos de Noé: Jafet, Europa; Cam, África y Sem, Asia. 


Y llegamos al cuarto tablero de retablo de doble casa compartimentada por pilarete y arquillos conopiales con grumos, con Santa Catalina (de Alejandría) y San Sebastián, ambos de pie, sobre fondo dorado y con sus respectivos atributos y nombres en las aureolas

San Sebastián vestido, qué rareza








Los atributos de Santa Catalina son la espada y la corona (de noble), las ruedas con cuchillas rotas (porque cuando tocaban su cuerpo se rompían) y sobre el emperador Majencio.




En la imagen superior puede verse que está barbado (algo raro en las representaciones posteriores), una flecha clavada en su pecho (que es como fue martirizado) además de las ropas y el calzado de caballero.

Para terminar con esta obra, decir que las tablas no solo están pintadas, sino que las coronas que poseen todos estos santos están en relieve con pan de oro, como se puede ver en la siguiente imagen.

Oro del bueno