domingo, 2 de diciembre de 2018

Monasterio de San Isidoro del Campo I

ENTRADA LARGA (advierto).

El monumento que nos ocupa en esta entrada es una joya escondida, mezcla (o más bien yuxtaposición) entre gótico y mudéjar.

Y decimos joya escondida porque es un monumento muy poco visitado y que está a un tiro de piedra del centro de Sevilla, en Santiponce. Se puede llegar en coche, en bicicleta (como hice yo) o haciendo una buena caminata yendo en tren y bajándose en la estación de Camas.


Vamos con un poco de historia:

El Monasterio de San Isidoro del Campo fue fundado en el año 1301 por Alonso Pérez de Guzmán y María Alonso Coronel (fundadores de la Casa de Medina-Sidonia) en un lugar cercano a las ruinas de Itálica donde, según la tradición, fue enterrado San Isidoro de Sevilla, y desde entonces ha estado bajo la administración espiritual y temporal de diferentes órdenes religiosas: cistercienses, ermitaños jerónimos y Orden de San Jerónimo, que han dejado su impronta tanto en la construcción como en la decoración del recinto.

Escudo de la Casa de Medina-Sidonia

En 1432 los ermitaños jerónimos de Fray Lope de Olmedo sustituyeron a los cistercienses y llevaron a cabo una profunda reforma en el Monasterio que se reflejó en el concepto de vida monacal y sustancialmente en la decoración. A mediados del siglo XVI surge un foco religioso de carácter reformista en Sevilla, en el que participaron los frailes de este Monasterio, que llevó al encarcelamiento de varios monjes y a la huida de otros fuera de España, entre ellos Casiodoro de Reina, autor de la primera traducción de la Biblia a la lengua castellana, conocida como Biblia del Oso. Tras estos episodios Felipe II ordenó la fusión de la congregación con la Orden Jerónima.

En el año 2002 dentro de los actos del VII Centenario de su fundación por Guzmán el Bueno, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía presentó una valiosísima exposición titulada "San Isidoro del Campo (1301-2002): Fortaleza de la Espiritualidad y Santuario del Poder", que supuso la reapertura del monasterio tras un largo periodo de restauración aún no concluido en su integridad y que ha devuelto una parte del esplendor y el relieve que merece  este lugar.

Concluida la exposición, San Isidoro del Campo deja abiertas sus puertas al público. El antiguo monasterio, actualmente Enclave Monumental de San Isidoro del Campo, pertenece a la Red de Espacios Culturales de Andalucía, y además de ser un espacio cultural visitable, es escenario de actividades culturales de distinta índole, posee por ello un calendario de actividades muy amplio en este sentido.

Es actualmente propiedad de la Fundación Casa Álvarez de Toledo y Mencos que tiene suscrito un Convenio de colaboración y cesión temporal de uso compartido con la Junta de Andalucía mediante el decreto 109/1990, de 27 de marzo, por el que se acepta la cesión de uso a la Comunidad Autónoma de Andalucía, por la Fundación Casa Álvarez de Toledo y Mencos (una rama de la Casa de Medina-Sidonia). Esta cesión es por 50 años, por lo que en el año 2040 volverá a los Álvarez de Toledo y Mencos y a saber si se podrá visitar de nuevo.

Horario

Del 1 de enero al 30 de junio: martes, miércoles, jueves de 10:00 a 15:00 (último pase 14:00)*; viernes, sábados de 10:00 a 19:00 (último pase 18:00)*; domingos y festivos de 10:00 a 14:30.
Del 1 de julio al 31 de agosto: martes a domingo y festivos de 10:00 a 15:00.
Del 1 de septiembre al 31 de diciembre: martes, miércoles, jueves de 10:00 a 15:00 (último pase 14:00)*; viernes, sábados de 10:00 a 19:00 (último pase 18:00)*; domingos y festivos de 10:00 a 14:30.
*Apertura de puertas a las horas en punto: las personas que deseen acceder tendrán que estar en la puerta a las 10:00, las 11:00, las 12:00, las 13:00, las 14:00, las 16:00, 17:00 y 18:00 horas (según el día y horario de apertura del mismo).

El enclave permanece cerrado todos los lunes y los días: 1 de enero, 6 de enero, 1 de mayo, 24 de diciembre, 25 de diciembre, 31 de diciembre. La duración de la visita es de unos 45 minutos aproximadamente. Pero si se quiere ver todo bien y recreándose, por lo menos hay que emplear una hora.

Aunque tenéis que tener cuidado porque solo abren a en punto:


Bueno, vamos con la visita:









La entrada se realiza por el Patio de los Naranjos (nº 1). Este patio funcionaba a modo de compás y conectaba la zona de procuraduría, botica y hospedería con la iglesia. En origen fue el cementerio de la comunidad cisterciense y, desde el s. XVII hasta el XIX, cementerio de Santiponce. Desde él podemos apreciar el aspecto fortificado de la fachada perfilada con almenas, la monumental columna extraída de Itálica en 1802 coronada con una cruz para sacralizar el lugar o la portada que da acceso al Enclave, uno de los más bellos ejemplos del mudéjar sevillano.





Volviendo a la puerta de entrada, podemos ver lo siguiente en la enjuta:




La entrada se encuentra en frente, a la izquierda el Patio de los Naranjos. A la derecha la puerta de la siguiente imagen.
Puerta lateral de la entrada

Escudo de los Álvarez de Toledo y Mencos que se encuentra encima de la puerta

El lema "Tv in ea et ego pro ea" se puede traducir como: "Tu en ella y yo por ella". Este tú hace referencia a dios, por lo que el sentido podría ser: "Dios en la patria y yo por la patria".

Entremos en el edificio


Dentro del edificio está el puesto de información que a la vez hace de tienda.

Nada más entrar podemos mirar hacia arriba y ver la crucería espectacular.



Nada más entrar nos encontramos con un cristo de la época fundacional que se ha conservado hasta hoy día (nº 12a). Es curioso que su rostro parece que está sonriendo. Como curiosidad decir que para los cistercienses era la única figura que se permitía en sus templos. ¿Serían un poco iconoclastas?

Cristo medieval


Si avanzamos un poco más, llegaremos al Coro (nº 12a). 


Ocupa la mayor parte de la nave de la iglesia monacal, siendo este un ámbito de oración. Su mobiliario está relacionado con la función que en él se desempeñaba, destacando la sillería clasicista del s. XVII y el facistol, coronado por la Inmaculada, a modo de gran atril para los libros corales. Los aquí expuestos son una pequeña muestra del inmenso patrimonio bibliográfico que atesoraba el monasterio. Los tintinábulos y el órgano del s. XVIII vendrían a reforzar la liturgia. Sus muros están decorados con los cuadros de La Asunción y Coronación de la Virgen, San Cristóbal, San Isidoro en la toma de Baeza y el Triunfo de la Muerte.




Tintinábulo. El angelote con atributos de obispo es una monada

Nene vestido de opispo (¿alusión a San Isidoro?)

Nene vestido de cardenal (¿alusión a San Jerónimo?)

 A los laterales hay una serie de pinturas, de las que solo hice unas cuantas fotos.



San Cristóbal. Siglo XVIII

El truinfo de la muerte. Siglo XVII. Un "memento mori" no puede faltar en ningúan iglesia barroca que se precie.
Asunción y coronación de la virgen. Murillesca, pero menos. Siglo XVII
También se hallan una serie de libros de coro de grandes dimensiones.





Edición de bolsillo
El órgano

Y, por último hay que hacer mención al facistol, que servía para colocar los libros (que al ser tan pesados, debía ser muy resistentes):




Como "patas" del mismo tenemos a tres leones, en el que uno de ellos aún conserva su policromía en sus fauces.

O es policromía o ha comido ketchup, una de dos



Y por hoy, nada más. Próxima entrega del monasterio: Claustro de los Muertos.

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