miércoles, 26 de febrero de 2020

Plaza / Casa de la Contratación (Ruta Magallánica)

"La Casa de la Contratación de Indias nace en 1503 para regular las relaciones comerciales y navieras con los territorios españoles de Ultramar. Originariamente estaba adosada a la espalda de los Reales Alcázares."


La Casa de la Contratación de Indias fue una institución esencial en el germen, organización y consecución de la expedición de la Especiería, que así se llamaría el proyecto de Fernando de Magallanes por el que pretendía llegar por mar hasta las Islas Molucas o Islas de las Especias, siguiendo una nueva ruta por Occidente. Esta institución estuvo al cargo de la organización de la armada y del resto de detalles necesarios para el viaje. Las dependencias de la Casa ocupaban un conjunto de estancias desde la plaza en la que nos encontramos hasta el interior del Alcázar. Como controladora del tráfico marítimo y receptora de todos los cargamentos y tesoros llegados en los barcos procedentes de las Indias, la Casa de la Contratación se encargaba de la inspección, el aprovisionamiento y del pertrecho de las flotas y barcos que se disponían a zarpar para América. Sus funcionarios aparejaban las naves, compraban mercancías, daban instrucciones a las flotas, fomentaban el trato con Indias, estaban atentos a las necesidades de Ultramar, y cuidaban del registro de todas las embarcaciones. Fue, pues, una institución fundamental para preparar la expedición con la que Magallanes pretendía inaugurar una nueva ruta comercial con las Indias.

Buscando el favor de la Corona española para financiar la aventura, nuestro navegante llega a Sevilla en 1517 acompañado de Ruy Faleiro, cosmógrafo portugués con el que se asocia para llevar a cabo esta empresa. Juntos, Magallanes y el cosmógrafo se afanan por iniciar relaciones con la Casa de la Contratación, una institución tan poderosa que convirtió a Sevilla en la capital de un imperio. Y es que la elección de la ciudad como primera sede de la Casa de la Contratación -donde permanecería 214 años hasta su traslado a Cádiz- no fue casual. Huelva tenía una localización periférica y malas comunicaciones con el resto del reino; y Cádiz, por contraposición, adolecía del problema contrario: era prácticamente una isla, tan abierta al mar que la convertía en una plaza insegura.

Sevilla era una ciudad de interior a la que, sin embargo, se podía acceder en barco en un recorrido relativamente cómodo a través del Guadalquivir, y era más segura, podía guardarse mejor ante cualquier ataque. La Casa de la Contratación convirtió a Sevilla en el epicentro del comercio con las Indias, con un monopolio en las relaciones comerciales gracias al cual desbancó a Amberes como centro financiero de Europa.

Tras un breve paso por las atarazanas, pronto fue trasladada a las dependencias del Alcázar, donde quedó instalada al oeste del palacio de Pedro I, en la zona denominada de los Almirantes, alrededor de un hermoso patio almohade y con una puerta estratégicamente orientada hacia el río, por donde llegaban directamente las mercancías desembarcadas en el puerto. Hoy sólo quedan algunos arranques de muro bajo el edificio de la actual Delegación de Gobierno y el nombre de la plaza. 

Dos años tuvieron que pasar desde que por primera vez Magallanes se dirigiera a la Casa de la Contratación hasta que los barcos salieran rumbo a Las Molucas. Mientras tanto hubo tratos con los funcionarios de la Casa, con sus oficiales, sometidos a inspecciones y todo tipo de controles para que la exploración cumpliera con todos los requisitos y resultara exitosa.

Como dato curioso, decir que a pesar de que Ruy Faleiro fue el cosmógrafo que expuso junto con Magallanes la idea de una nueva ruta por occidente para llegar a las Islas Molucas ante Carlos I de España, este fue apartado de la expedición. El emperador autorizaría una Armada al mando de ambos, pero finalmente zarparía sólo Magallanes a raíz de sus desavenencias y los ataques de locura de Faleiro. Se le diagnosticó una demencia irreversible y fue destituido.



Además, este lugar es la segunda parada de la ruta magallánica que se puede ir recorriendo siguiendo diferentes puntos de Sevilla.


viernes, 7 de febrero de 2020

Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala 1. Cristo Varón de Dolores


Realizada en terracota entre 1485 y 1503 y estilo gótico, mide 1,61 m. de alto.

Composición escultórica que representa a Cristo Varón de Dolores. El Señor figura en el centro, ceñido a un lado y al otro por sendas figuras de ángeles.

El cuerpo de Cristo se representa esbelto, marcado por las huellas de la Pasión: la llaga, abierta y tintada de rojo, los agujeros de los clavos en las manos y la gruesa corona de espinas, advirtiéndose estas bajo la piel de la frente.



Figura con la cabeza inclinada y ligeramente vuelta hacia la izquierda, con los ojos entreabiertos y la boca cerrada. Su rostro es de carácter enjuto, marcado por una fina y alargada nariz. Tiene barba corta y bífida, modelada a base de pequeños rizos.


Su larga y negra cabellera se extiende por la espalda y los hombros en ondulados mechones. Figura cubierta por el paño de pureza, resuelto éste a base de múltiples y angulosos pliegues; y manto largo que cae sobre sus hombres hasta los pies y va sujeto con un broche sobre el pecho. Apoya los pies sobre un suelo de relieve anguloso, sembrado con unas pocas matas de cardos: una en flor y otra con fruto.


Recordemos que el cardo borriquero estaba asociado a la realeza, como vimos en la entrada de Llanto sobre Cristo muerto.

Los ángeles figuran simétricos uno a cada lado del Señor, con la misma postura y actitud, medio reclinados sujetando el manto que cubre a Cristo. Visten túnica larga y blanca resuelta en numerosos y angulosos pliegues sobre el suelo y manto rojo ceñido con un broche. Figuran tocados con una cinta adornada con joyel y sostienen pequeños recipientes.




A los pies de Cristo figura el racionero Antonio Imperial, a menor tamaño que las figuras de los ángeles, arrodillado y en actitud de oración, mirando hacia la esbelta figura del Señor.


A los pies de Cristo puede leerse la cartela ´Pº MILLAN YMAGINERO´



El varón de dolores fue encontrado en la iglesia parroquial de la Inmaculada, en la villa de El Garrobo, en 1922 por don Francisco Murillo Herrera, investigador de arte.

En esta obra podemos observar, no solo la obra en sí y el trabajo del artista, si no también podemos inferir cómo la población en su mayoría no sabía leer ni escribir y lo que se mostraba debía enseñarles la importancia de cada figura.

Así, el personaje de mayor tamaño aquí es el más importante (Jesucristo), le siguen en importancia los 2 ángeles y por último el personaje orante es el donante de la obra: Antonio Imperial para la capilla de San Laureano, de la Catedral de Sevilla.

¿Cómo llegó esta obra de la Catedral a la Villa de El garrobo? Solo podemos suponer que cuando se hizo el espectacular sepulcro del cardenal Joaquín Lluch y Garriga (labrado en mármol por el escultor Agapito Vallmitjana), esta obra "sobraba". Pero eso, son solo especulaciones.