sábado, 3 de abril de 2021

Patio de Banderas (Ruta Magallánica)


El 20 de octubre de 1517, el rey Carlos I llega a Sevilla. Viene desde Santander y, exhausto, se aloja en el Real Alcázar. Fernando de Magallanes le sale al encuentro gracias a la amistad que forja, nada más llegar a la ciudad, con Diego (o Diogo) Barbosa, portugués, al igual que nuestro protagonista, que acaba de ser nombrado Teniente de Alcaide del Alcázar. Magallanes quiere ganar el favor del monarca para financiar el viaje que plantea hacia las Islas Molucas desde Occidente. Es en este conjunto palaciego donde comienza a hacerse realidad la primera vuelta al mundo. A la llegada de Fernando de Magallanes a Sevilla, en 1517, el Alcázar era ya un extraordinario recinto palaciego, residencia frecuente de los Reyes Católicos y, posteriormente, Carlos I que, además, celebró en el interior de sus jardines -en la zona conocida hoy como Cenador de la Alcoba-, su boda con Isabel de Portugal. Por aquel entonces, la jurisdicción del Alcázar incluía la gestión y administración de las Atarazanas y se extendía hacia la Catedral y la torre del Oro, de modo que tanto las instituciones y oficinas encargadas del comercio con las Indias, así como las competencias portuarias recaían bajo su órbita. Por todas estas razones, Magallanes tuvo unas estrechas relaciones con el Alcázar, que fueron definitorias gracias al vínculo de amistad que generó con dos personas clave durante la estancia del navegante en la ciudad.

Cuando Magallanes llega a Sevilla, es alcaide del Alcázar su paisano el aristócrata Jorge de Portugal, que no dudó en hacer valer su influencia para facilitar el proyecto de su compatriota. No obstante, fue su Teniente de Alcaide -responsable efectivo de los edificios reales-, Diego Barbosa, quien jugaría un papel mucho más decisivo: también portugués, se convirtió en el más firme apoyo y en la persona de confianza de Magallanes en la capital sevillana. Tanto que llegó a casar a su hija Beatriz con el navegante y lo alojó en su casa.

La ruta tiene parada en la entrada del Alcázar a la que se accede por el denominado Patio de Banderas, puesto que es en este núcleo más próximo donde se distribuían las estancias habilitadas entre 1503 y 1515 para la Casa de la Contratación, donde, según relatan los cronistas, ocurren todos los negocios de Indias. En concreto, abarcó desde los edificios occidentales del patio de la Montería hasta la plaza de la Contratación, donde tenía su fachada principal. Hablamos, principalmente, de los actuales Cuarto del Almirante y Sala de Audiencias. No es difícil imaginar cómo por todas estas dependencias del Alcázar, pasadizos y pasillos circulaba un constante trajín de funcionarios, caballeros, cosmógrafos, pilotos y mercaderes involucrados en los negocios de ultramar, como Magallanes.

Como dato curioso, decir que el Alcázar recibió recibe durante el año 2018, casi 2 millones de visitantes, unas cifras muy similares a las de la catedral de Sevilla, convirtiéndolo en el sexto monumento más visitado de España.






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