En la Calle Pureza, número 63 se encuentra este azulejo que nos habla de Antonio Montes Vico, torero que no pudo triunfar en España y tuvo que ir a hacer las américas y fue en México donde tuvo un cornada que le costó la vida.
Sufrió una herida en el glúteo y murió por complicaciones de las heridas cuatro días después. Se le conoce como el torero de las tres muertes porque tras morir por la cornada, su cuerpo se calcinó porque en el velatorio una vela quemó de forma fortuita el ataúd, calcinando el cuerpo del torero. En el traslado del cuerpo al barco que lo iba a traer de vuelta a España, la cuerda que sujetaba el féretro se rompió y el cuerpo cayó al suelo.
Finalmente, llegando a Sevilla el barco chocó y estuvo a punto de zozobrar.
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