Corría el año 1857 y regía el reino ("viva" la redundancia) de España el general Ramón María Narváez, aunque la reina fuera Isabel II. Y a estas estábamos cuando hubo un alzamiento de un grupo de idealistas liberales sevillanos comandados por el coronel retirado Joaquín Serra, Cayetano Morales y Manuel Caro.
Los alzados comenzaron sus escarceos o tropelías por la zona de Arahal y otros pueblos, pero fue en Benaoján donde les dieron alcance las tropas del gobierno.
Hubo una veintena de muertos y casi un centenar de detenidos. De estos se ordenó el fusilamiento de los ochenta y dos detenidos. El alcalde de la ciudad, Don Juan José García de Vinuesa, solicitó el indulto inútilmente.
El 11 de julio fueron fusilados en el Campo de Marte de la Plaza de Armas. El alcalde, fruto de la desolación, se sentó en una piedra que había en una esquina y comenzó a llorar durante horas, lamentándose y diciendo "¡Pobre ciudad! ¡Pobre ciudad!".
Desde entonces, la piedra donde se sentó el alcalde se la denomina La Piedra Llorosa.
Quien quiera ir a visitarla, se encuentra en el cruce de la Calle Liñán con la Calle San Laureano.
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