a) Está «relativamente» cerca de la provincia (en la provincia de Huelva) y
b) Es bastante desconocido
Se encuentra situado en la localidad onubense de Rosal de la Frontera y es un cromlech datado de la edad del cobre.
De fácil acceso desde la Carretera Nacional 433 y perfectamente acondicionado para su visita, está situado a las afueras de Rosal de la Frontera, en el margen izquierdo de la carretera si vamos en dirección hacia Portugal desde Sevilla y se encuentra antes de entrar al pueblo.
Lo que queda son los restos de un dolmen de corredor del que solo se conservan 6 ortostatos. La estructura megalítica se encuentra muy deteriorada, habiéndose destruido una parte del túmulo durante las obras de la carretera N433. Los pocos ortostatos de pizarra y granito que se conservan parecen corresponderse con parte de la cámara y el corredor. El corredor estaría flanqueado por dos grandes lajas de esquisto de 3.3 metros de longitud que se elevan 2'1 metros sobre el túmulo.
No deja de ser curioso que en el pueblo más joven de toda la Sierra de Aracena y Picos de Aroche se encuentra una de las construcciones más antiguas de la provincia.
La construcción y disposición del mismo tenía como objetivo concreto el control de los ciclos solares de equinoccios y solsticios, en definitiva, de los episodios de tránsito de las estaciones naturales anuales.
Otro aspecto llamativo es que en uno de los seis bloques que lo componen, concretamente en el menhir número 2 se puede apreciar un grabado con la constelación de la Osa Mayor. Este grabado responde por un lado a una característica del arte megalítico neolítico del sur peninsular (con grabados y motivos decorativos) y, por otro, a la asociación de algunos de los sitios en los que se encuentran estas construcciones con la observación astronómica y los mencionados ciclos de la naturaleza.
En definitiva: merece la pena «acercarse» a dicho lugar tan antiguo.
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